ESCUCHANDO EL LAUD.
Escuchando en el laúd la nota antigua
uno ve poetas en el pasado pero no asesinos.
Ve la ingrávida sustancia incorporada
a la calamitosa energía de la historia
y esta confusión no termina de aclararse.
Increíbles poetas entre nubes de sangre
salvando a medias la verdad, dejando el resto
a la convicción del crimen general
como un error que debe soslayarse. Cómo
consiguió la belleza aislar las rosas,
construir un recluso jardín incorrupto
y dar materia a este cantor eterno.
Pero la estúpida crueldad y el martirio
no fueron cosas transitorias ni objetos irreales
que puedan apartarse como una falla terrestre,
una fractura en la roca, un paso en falso del mundo.
Aquí están todavía, no en el mito
y a su manera se empeñan en dar música.
Las cuerdas siguen resonando en medio de la masacre;
la vida corporal de esta madera finamente curvada
es aceptada como un conocimiento ilusorio.
El laúd rescata un engaño hasta el fin de los tiempos.
Joaquín O. Gianuzzi
Agradezco a Felipe Viñals el poema, en su web de Toquedequeda.net
Contadores
sábado, 31 de mayo de 2008
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