Me siento muy triste. No sé bien porqué, pero me siento muy triste y tal vez haga una catarsis dentro de poco. Pero falta todavía. No tengo ni ganas de escribir. Tempus fugit. Solo ver el video de Komanche en Youtube me da un poco de paz. Retomo mi novela, "Niggerland", y después dejo que ese engendro de Gulliver repose cinco minutos, me tomo un té. Solo hay que cambiar el sexo del mandatario y el día del milenio, del otro milenio, y de nuevo los noventas, volver a ser un niño... la imaginación me protege, y afuera, solamente la tristeza.
Tempus fugit. El jueves yo estaba en otro mundo, ni mejor ni peor que el mío, no mi mundo... una grieta en el tiempo se abrió y yo me deslicé, despacito, sobre un pájaro de humo... También tengo que escribir la novela de Cáceres y Ribaudi, cuando pase la tristeza, pero esa novela no se termina de escribir jamás, son muchas novelas, una para cada uno, "El tren de la alegría", y al final una más, una más siempre. Carajo.
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1 comentario:
La tristeza solo es interrumpida momentanemente por momentos de alegría... no hay otra verdad en la vida, salvo que conocemos una o dos verdades y chau.No pienses tanto. Cuidate, hijo. Ahora estoy mejor.
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