lunes, 17 de octubre de 2011
jueves, 8 de septiembre de 2011
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Stille_Nacht.ogg
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http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Transit_Of_Venus_March.ogg
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martes, 16 de agosto de 2011
martes, 24 de mayo de 2011
agología y otredad en “Los viajes de Gulliver”, de Jonathan Swift.
“Los viajes de Gulliver” es una obra satírica que atraído poderosamente a la atención, y a la imaginación, de los lectores no solamente del mundo anglosajón sino de todo el planeta, en diferentes èpocas. Es este un libro más conocido por sus versiones resumidas y sesgadas, que lo convierten en un cuento infantil, que por su versión original. Los viajes extraños del cirujano Lemuel Gulliver son, en realidad, una crítica. No solamente se trata de los viajes a Lilliput (el país de los enanos) y a brobdingnac (el país de los gigantes), hay mucho más. Nuestro héroe visita más lugares de los que en la versión infantil se dan a conocer. En algunos de ellos él se encuentra con islas voladoras, extrañas academias, nigromantes que conversan de historia con los muertos, inmortales y hasta un lugar adonde el orden natural está invertido y los caballos son animales racionales que tratan como ganado cimarrón a una clase embrutecida de seres humanos.
Si dejamos de lado a las versiones acotadas que representaron a esta historia, estas versiones tanto teatrales como cinematográficas, no es encontramos con una crítica muy ácida donde la imagen del otro, y el choque con el otro y esa imagen (los nativos de las diversas islas), son el tema central de la historia. Swift se vale de la representación de vastas regiones imaginarias y sus sociedades, para criticar por extensión (o por analogía) a la suya propia. En el espejo del otro se refleja la sociedad inglesa, y en cierta medida la europea de los contemporáneos de Swift y de Lemuel Gulliver. En el libro encontramos un párrafo significativo: el momento en que Gulliver habla con la reina de los gigantes y describe la historia de Inglaterra. Es en ese momento cuando la historia británica se disuelve en un conjunto todavía mayor, que es el de las naciones europeas. La réplica que hace la reina al modo de gobernar de hombrecitos, minúsculos para ella, al fin y al cabo un distanciamiento, es la forma por la que en “Los viajes de Gulliver” la concepción eurocéntrica, occidental y protestante del protagonista pierde valor.
Podríamos afirmar que en esta obra se da un periplo satírico bastante particular. En Liliput, es Gulliver el que observa, perplejo, el grado de ridiculez que alcanza una guerra fratricida, comenzada por una discusión acerca del modo en que se debe romper un huevo de gallina, una discusión que ni los propios lilliputienses tienen demasiada idea. Gulliver ve el esperpento de esto, se rebela, y se muestra satisfecho, al reconocerse como alguien superior, no solo en estatura, sino también en moralidad, a los liliputienses y a los blefuscos, En Brobdingnac dicha situación se invierte y es Gulliver el que es juzgado por la reina y por un grupo de médicos Gulliver es herido en su orgullo, y ve los males que aquejan a Europa en general y a Inglaterra en particular. Finalmente, la última parte del libro es la más desoladora. En la isla de los Houyhnhnms, Gulliver descubre que el otro no son los nativos, sino él mismo, y que es un extranjero al cabo de años y años fuera de su propio hogar. La crítica que se hace en el último capítulo es al ser humano y a sus vicios, encarnados en la figura de los monstruosos yahoos. Es un pronóstico pesimista acerca de las capacidades del ser humano y sus intenciones el que se describe en esta última parte del libro, la más cruda de todas. Gulliver siente verguenza de ser humano y prefiere la compañía de los caballos, seres que él juzga ser, en potencia, superiores a las personas. De esta manera Gulliver pasa de ser un crítico de sociedades de ultramar, de sociedades imaginares, a ser él mismo el criticado, junto a su sociedad interesada y colonial.
Explorador.
Si hubiera que definirlo a Gulliver de alguna manera, sería por lo que hace, y él, más que un cirujano, es un explorador. En cierto sentido su historia (ficcional, irreal) tiene algunos puntos de contacto con la de otros exploradores que durante la época de los viajes de descubrimiento descubriieron nuevas tierras o se perdieron. La historia de Alvar Nuñez Cabeza de Vaca es una de ellas, por poner un ejemplo. Gulliver y Cabeza de Vaca son dos personajes muy diferentes, provienen de países distintos como Francia e Inglaterra, y mientras uno es el personaje de un libro el otro es bien real y sus padecimientos y su esfuerzo también lo fueron. Pero me permito hacer esa comparación dado que lo que ambos relatos comparten es la visión del otro, el descubrimiento del otro, y algunos rasgos que creo son emergentes de la mentalidad colonial de los españoles e ingleses, ambas naciones fundadores de imperios de ultramar.
La historia de Gulliver es, como señalé, una historia de fantasía, y la de Alvar Nuñez es real. Ambas son sendos relatos de viajes a través de cuyas descripciones se va articulando una crítica a las sociedades. Mientras que Gulliver tiene un marco satírico, Cabeza de vaca hace una descripción etnográfica de culturas y relaciones entre culturas. Ambos relatos coinciden en su caracter de relato de viajes, uno real y otro imaginario, y tienen como elemento común el vestirse con los ropajes de un futuro manual para la colonización y conquista. En esto, tanto “Los viajes de Gulliver” como “Naufragios” son dos pésimos libros. No sirven para manuales de conquista. En el libro de Swift porque los habitantes de las diferentes tierras con seres imposibles; en el de Cabeza de Vaca, porque los recursos de los territorios por él son escasos, llevando a sus habitantes a vivir en condiciones de pobreza tales, que comen madera y tierra. La conquista de Alvar Nuñez es espiritual; la del cirujano Lemuel Gulliver, también lo es: es una conquista moral en la cual él se va despojando de los vicios de la sociedad inglesa a través del contacto con los lilliputienses, los gigantes, los caballos inteligentes y otros, ya se trate de las críticas que él recibe o las observaciones y las críticas que él puede hacer de cada una de esas sociedades.
“Los viajes de Gulliver” es una obra satírica que atraído poderosamente a la atención, y a la imaginación, de los lectores no solamente del mundo anglosajón sino de todo el planeta, en diferentes èpocas. Es este un libro más conocido por sus versiones resumidas y sesgadas, que lo convierten en un cuento infantil, que por su versión original. Los viajes extraños del cirujano Lemuel Gulliver son, en realidad, una crítica. No solamente se trata de los viajes a Lilliput (el país de los enanos) y a brobdingnac (el país de los gigantes), hay mucho más. Nuestro héroe visita más lugares de los que en la versión infantil se dan a conocer. En algunos de ellos él se encuentra con islas voladoras, extrañas academias, nigromantes que conversan de historia con los muertos, inmortales y hasta un lugar adonde el orden natural está invertido y los caballos son animales racionales que tratan como ganado cimarrón a una clase embrutecida de seres humanos.
Si dejamos de lado a las versiones acotadas que representaron a esta historia, estas versiones tanto teatrales como cinematográficas, no es encontramos con una crítica muy ácida donde la imagen del otro, y el choque con el otro y esa imagen (los nativos de las diversas islas), son el tema central de la historia. Swift se vale de la representación de vastas regiones imaginarias y sus sociedades, para criticar por extensión (o por analogía) a la suya propia. En el espejo del otro se refleja la sociedad inglesa, y en cierta medida la europea de los contemporáneos de Swift y de Lemuel Gulliver. En el libro encontramos un párrafo significativo: el momento en que Gulliver habla con la reina de los gigantes y describe la historia de Inglaterra. Es en ese momento cuando la historia británica se disuelve en un conjunto todavía mayor, que es el de las naciones europeas. La réplica que hace la reina al modo de gobernar de hombrecitos, minúsculos para ella, al fin y al cabo un distanciamiento, es la forma por la que en “Los viajes de Gulliver” la concepción eurocéntrica, occidental y protestante del protagonista pierde valor.
Podríamos afirmar que en esta obra se da un periplo satírico bastante particular. En Liliput, es Gulliver el que observa, perplejo, el grado de ridiculez que alcanza una guerra fratricida, comenzada por una discusión acerca del modo en que se debe romper un huevo de gallina, una discusión que ni los propios lilliputienses tienen demasiada idea. Gulliver ve el esperpento de esto, se rebela, y se muestra satisfecho, al reconocerse como alguien superior, no solo en estatura, sino también en moralidad, a los liliputienses y a los blefuscos, En Brobdingnac dicha situación se invierte y es Gulliver el que es juzgado por la reina y por un grupo de médicos Gulliver es herido en su orgullo, y ve los males que aquejan a Europa en general y a Inglaterra en particular. Finalmente, la última parte del libro es la más desoladora. En la isla de los Houyhnhnms, Gulliver descubre que el otro no son los nativos, sino él mismo, y que es un extranjero al cabo de años y años fuera de su propio hogar. La crítica que se hace en el último capítulo es al ser humano y a sus vicios, encarnados en la figura de los monstruosos yahoos. Es un pronóstico pesimista acerca de las capacidades del ser humano y sus intenciones el que se describe en esta última parte del libro, la más cruda de todas. Gulliver siente verguenza de ser humano y prefiere la compañía de los caballos, seres que él juzga ser, en potencia, superiores a las personas. De esta manera Gulliver pasa de ser un crítico de sociedades de ultramar, de sociedades imaginares, a ser él mismo el criticado, junto a su sociedad interesada y colonial.
Explorador.
Si hubiera que definirlo a Gulliver de alguna manera, sería por lo que hace, y él, más que un cirujano, es un explorador. En cierto sentido su historia (ficcional, irreal) tiene algunos puntos de contacto con la de otros exploradores que durante la época de los viajes de descubrimiento descubriieron nuevas tierras o se perdieron. La historia de Alvar Nuñez Cabeza de Vaca es una de ellas, por poner un ejemplo. Gulliver y Cabeza de Vaca son dos personajes muy diferentes, provienen de países distintos como Francia e Inglaterra, y mientras uno es el personaje de un libro el otro es bien real y sus padecimientos y su esfuerzo también lo fueron. Pero me permito hacer esa comparación dado que lo que ambos relatos comparten es la visión del otro, el descubrimiento del otro, y algunos rasgos que creo son emergentes de la mentalidad colonial de los españoles e ingleses, ambas naciones fundadores de imperios de ultramar.
La historia de Gulliver es, como señalé, una historia de fantasía, y la de Alvar Nuñez es real. Ambas son sendos relatos de viajes a través de cuyas descripciones se va articulando una crítica a las sociedades. Mientras que Gulliver tiene un marco satírico, Cabeza de vaca hace una descripción etnográfica de culturas y relaciones entre culturas. Ambos relatos coinciden en su caracter de relato de viajes, uno real y otro imaginario, y tienen como elemento común el vestirse con los ropajes de un futuro manual para la colonización y conquista. En esto, tanto “Los viajes de Gulliver” como “Naufragios” son dos pésimos libros. No sirven para manuales de conquista. En el libro de Swift porque los habitantes de las diferentes tierras con seres imposibles; en el de Cabeza de Vaca, porque los recursos de los territorios por él son escasos, llevando a sus habitantes a vivir en condiciones de pobreza tales, que comen madera y tierra. La conquista de Alvar Nuñez es espiritual; la del cirujano Lemuel Gulliver, también lo es: es una conquista moral en la cual él se va despojando de los vicios de la sociedad inglesa a través del contacto con los lilliputienses, los gigantes, los caballos inteligentes y otros, ya se trate de las críticas que él recibe o las observaciones y las críticas que él puede hacer de cada una de esas sociedades.
viernes, 20 de mayo de 2011
jueves, 19 de mayo de 2011
miércoles, 18 de mayo de 2011
domingo, 15 de mayo de 2011
viernes, 8 de abril de 2011
martes, 1 de marzo de 2011
lunes, 10 de enero de 2011
Un diálogo Martín Bracamonte Rivas 36
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