martes, 31 de agosto de 2010
Martín Bracamonte Rivas 14
En algún lugar de América Latina, donde bajo el ardiente sol la gente bailaba a la sombra del banano, y cortaba la papaya con ambas manos, un dictador llamado Troncoso mantenía a su pueblo sumido en la ignorancia, la ignominia, el hambre y el comunismo. Los países de la región le temían, porque tenía armas de destrucción masiva, y pronunciaba largos discursos en contra de los demás presidentes, en especial el de los Estados Unidos. Este, que se sintió tocado, no lo aguantó más y envió a sus mejor hombre para que lo derrocara: "el mercenario". Esta es su historia.
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